redactorjosé lópez

martes, 9 de agosto de 2011

tanto me costó volver, que no voy a aflojar ahora

(de tal palo tal astilla, el viejo campeón sudamericano aún con el físico fibrosos y vigente)

El tiempo que llevamos siendo conocidos viene de lejos, y han sido muchas las noches de boxeo en que estuvimos a la vera de un ring donde peleara “Torito”. Tuvo combates muy duros y buenos y de aquellos que dejaron un sabor amargo. Nadie lleva un camino perfecto y es de nobleza humana decir lo que se piensa y no “faruyetear” impunemente (dicha palabra no existe pero me gustó inventarla). Esta nota es un sinceramiento de quien suscribe y del amigo Paniagua, sus reflexiones me emocionaron a medida que las transcribía, y una actitud de tal naturaleza no es de todos los días, además no siempre se habla de este modo, ni con cualquiera, y se me da por deducir que se debe a la distancia que media entre quien pregunta y quien contesta. El cuestionario fue como cachetada de loco, seguidito y sin pelos en la lengua, y casi en la misma tónica fue respondido. Esto no es de ayer y lleva en mi casilla de correo varias horas de sueño, no por mala predisposición sino porque suele haber momentos para cada cosa y estos días fueron brumosos en lo personal por asuntos que no vienen al caso. Dejo entonces que Néstor Hugo haga como que está en una esquina cualquiera de su barrio, como en aquellos reportajes en el campito del ferrocarril, en el viejo galpón de Belgrano y Almafuerte, o en el patio de su casa por calle Lavalle, de la vía al sur, después de Gálvez. Que hable entonces nuestro querido boxeador.


"Residir en Japón me sirve muchísimo en lo personal y en lo profesional, el tema económico es obvio que ayuda, pero a ese tema solo quiero darle importancia por lo que pretendo para mis hijos, nada más. Mi proyecto es seguir adelante con mi carrera que está yendo bastante bien, tanto me costó volver a estar donde quería que no voy aflojar ahora. Estoy Nº 3 en el ranking japonés y entre los 10 del ranking de Asia del Consejo Mundial. Estar en Japón no es cosa de todos los días y no he visto a otro argentino que haya echo su campaña o experiencia en este país. Yo me la jugué, vine en silencio y hoy estoy por el camino bueno y por suerte, ganador. Aquí me están reconociendo y se dan cuenta que “Torito” Paniagua no es uno más del montón y que ha peleado con campeones reconocidos en muchos lugares del mundo. Siempre he sido de perfil bajo pero es momento que sepan y se den cuenta de este criollo representando a su país en el oriente, tengo la suerte que quienes están en el tema de boxeo en Argentina, revistas, diarios, me llaman y quieren saber qué pasa conmigo. // Un día mío aquí es levantarme a las 5 o 6 para salir a correr, después desayunar, limpiar el gimnasio y también hacer cosas en el lugar donde vivimos. A las 2 se abre el gimnasio hasta las 10 de la noche, hay chicos de muy poca edad que pelean en amateur, además de los profesionales, de todos ellos estoy a cargo, entre ellos un filipino con el que estoy trabajando. La primera semana de agosto viajo a Tokio con un japonés que tiene una eliminatoria, así que estoy bien motivado. Aquí me han dado valor y confianza, reconocen mi experiencia de haber recorrido parte del mundo boxeando, mi paso por Estados Unidos, pero aún con todo ello a cuesta tengo que demostrar lo que sé y hasta ahora lo hice muy bien. // Mi pensamiento es seguir en el boxeo hasta que me sienta fuerte y con ganas, y no aflojaré en el intento, mi padre ha boxeado hasta los 38 años y se retiró muy bien físicamente y sin problemas. Hoy no es extraño ver a tantos campeones de 35, 36 años con muchas ganas de seguir, y es como ellos dicen, “viejo es el viento y sigue soplando. //La vida en Japón es totalmente diferente a la nuestra, la gente es muy fría aunque eso no me impide llevarme bien con todos como en Esperanza. Las costumbres son otras y por ejemplo, no se ve delincuencia, no sé el tema de la droga, pero no hay peleas en las calles ni en las salidas de las discos. Nunca te acostumbras y hay que ver para creer, la gente deja sus cosas afuera y al otro día siguen estando ahí donde las dejaron. //Hace dos meses empecé a dar clases de aerobox en el gim, algo que no es muy visto y lo puse a prueba y a mi manager le interesó. Arranqué ya que había muchas mujeres haciendo boxeo sin querer llegar a combatir, se coparon y hoy son veinte y varios hombres haciendo aerobox tres veces por semana. Toda la experiencia que fui cosechando de cada lugar donde anduve, ya sea Estados Unidos, Panamá, Canadá, Alemania, México, me ha servido. He peleado y entrenado con tantos boxeadores y entrenadores de nombre, que las cosas de este mundo de los puños es algo familiar y cotidiano. No sé si seré campeón del mundo, pero voy a seguir luchando a muerte por mi oportunidad y algún día, volcaré todo esto en un gimnasio de nuestra ciudad con chicos nuevos y toda la gente que quiera hacer deporte. Hay muchos chicos por el mal camino, uno lo sabe y lo ve, y un lugar donde se practique boxeo es bueno para no pensar tanto en cosas “jodidas” y para que los pibes puedan ser alguien mañana, son ilusiones y sueños que tengo. Yo me he equivocado y perdí mucho, pero he tenido el valor de hacer hasta lo imposible por superarme y salir adelante. Un día “armé el bolso” y tomé vuelo hacia este mundo tan diferente dejando mi familia y mis hijos, lo más importante que extraño, todo lo estoy haciendo por ellos. Hoy reconozco que anduve por mal camino y no me da vergüenza decirlo, pero aquí voy de nuevo siendo otra persona con ganas de seguir triunfando, y estoy seguro que he dejado al que fui, muy atrás”. (José López)

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